Pues un paso más en la restauración del Mini, y espero que ya de los últimos.
Tras su paso por el taller para cambiar el subchasis delantero, tocaba arreglar pequeñas cosas en cuanto a la chapa. Resulta, que cuando cambiaron el subchasis, el mecánico apoyó un protector de aletas impregnado con líquido de frenos que como sabréis es muy corrosivo. Eso hizo que inmediatamente saliera en la aleta una especie de ampollas que al tocarlas saltara la pintura. Además de montar el radiador de aceite tenía un pequeño rasguño el frontal y el maletero no cuadraba al haber cambiado la goma.
Pues nada, con todos estos detalles por solucionar, nos pusimos manos a la obra. Empezamos cuadrando el maletero y modificando el borde del chasis que apoya en la goma del portón.
Una vez cuadrado el maletero, pasamos a preparar aleta y a hacer un poco más grande el paso de rueda para evitar problemas al girar la rueda.
Y con eso hecho, el siguiente paso era desmontar piezas, lijar y cubrir las partes del coche que no se iban a pintar.
Tan solo quedaba darle un par de manos de pintura y la de barniz, dejar secar y montar las piezas que se habían desmontado.
Último paso…el papeleo y la homologación.